Puede que en su casa todo el mundo lo conozca como Louis Hatchwell, pero, en TikTok e Instagram, ¡son miles los que lo siguen por el nombre de «Beast On A Bike»! Louis fue en el pasado atleta profesional y, de hecho, en la actualidad se dedica a ejercer como mentor y entrenador. Eso sí, se busca sus huecos para subir vídeos de ayuda a los ciclistas novatos para no descuidar nunca al club de fans que tiene en línea. Pero, bueno, ¡mejor que nos lo cuente él en persona! Hola, soy Beast On A Bike y, probablemente, antes me conocieras por mi verdadero nombre: Louis Hatchwell. Soy atleta, entrenador y creador de contenido, y, aunque soy londinense, paso gran parte de mi tiempo en París. ¿Por qué en París? Antes que ciclista, fui corredor de esquí y, como el esquí en Gran Bretaña es desastroso, decidí que Francia era mucho mejor lugar desde el que empezar. Además, mi novia Charlotte también abrió por entonces una cafetería en París (se llama Charli's Crew, si tenéis la oportunidad, ¡id a verla! ¡Está genial!). Así que al final terminé quedándome por la comida... Ah, y también por mi pequeño chihuahua blanco, Squish. Mis pasiones son las personas y el rendimiento. Estos son dos temas que abarcan muchísimos aspectos, pero lo que a mí me fascina es el componente físico y mental del éxito. De hecho, ¡me estoy ganando la vida gracias a ello!» ¿Cómo empezó tu historia como ciclista? «A mí siempre me ha encantado el ciclismo. Empecé a pedalear de pequeño y, de hecho, hice un tiempo de Deliveroo. Pero, en realidad, hasta hace 2 años, el ciclismo no era para mí más que una afición. Montaba en bici para mantenerme en forma para el esquí, pero sobre todo lo hacía por gusto. Entonces, el covid puso punto final a mi carrera como esquiador y, de repente, todo mi mundo se derrumbó de la noche a la mañana. Recuerdo que fue en febrero de 2020. Estábamos en Noruega para participar en la Copa del Mundo y nos dijeron de repente que teníamos que volver a casa. Pasé de haber estado 8 años seguidos esquiando entre 7 y 8 meses a no ver la nieve en 2 años». Menudo cambio. ¿Y cómo conseguiste adaptarte? «Pues guardé los esquís y saqué la bici. Por entonces estaba tan frustrado que podría decirse que fue una transición de lo más natural: necesitaba algo nuevo y sano con lo que obsesionarme. Así que saqué a relucir todo lo que sabía sobre el entrenamiento, la psicología del deporte y el rendimiento y me puse manos a la obra. Puse en práctica mis propios principios de entrenamiento y también invertí en las comunidades ciclistas de París y Londres. Además, me hice con todas las herramientas que necesitaba para no tener que llevar la bici a la tienda cuando necesitara revisar algo. Y de esta manera, en solo dos años y medio, me hice ciclista. Como entrenador que soy, siempre tiendo a compartir todo lo que aprendo a base de prueba y error. Por ese motivo, decidí abrirme el canal [Beast On A Bike].» Las bicis cubrieron el hueco que habían dejado los esquís. Pero ¿cuándo te dio por probar las e-bikes? «Recuerdo que probé una MTB eléctrica para dar una vuelta por los Alpes. Fue un paseo corto, pero muy agradable. Sin embargo, mi primera experiencia en condiciones con una e-bike fue con mi TENWAYS CGO600. Si te soy sincero, me considero un poco purista y cuando monto en e-bike sigo teniendo la sensación de que estoy haciendo trampa (ja, ja). Pero ese es precisamente el motivo por el que me encantan. Conducirlas por la ciudad es algo épico. La capacidad de aceleración en los semáforos, el hecho de llegar siempre a tu destino sin que parezca que te has duchado con la ropa puesta... ¿Qué más le puedes pedir a una bicicleta urbana?» Según tu experiencia, ¿le recomendarías las bicis TENWAYS a los ciclistas más acérrimos? «He de decir que el sentido de las e-bikes no es competir contra las bicis de carretera. Es decir, jamás sustituirían al cohete de carbono con el que comparto cama, ja, ja. No es esa la cuestión. En realidad, son una herramienta diferente, pero a la vez increíble. Se trata de la opción perfecta para los días de recuperación en los que TIENES QUE descansar las piernas y, aun así, quieres dar pedales. O para esos desplazamientos por la ciudad en los que tienes que amarrar bien la bici con un candado. Claro, también para dar un paseo por la familia. Y para esas veces en las que quieres llevar un poco más de peso encima. Y, por supuesto, para cuando lo importante es recuperarse de una lesión. Todas las bicis tienen su momento y de lo que no cabe ninguna duda es de que las e-bikes constituyen una herramienta excelente. Además de ser increíblemente divertidas, ya hay modelos tan ligeros y discretos como bonitos y asequibles. Yo solo puedo decir que, si tenéis la oportunidad de probar una, lo hagáis. Os aseguro que no os decepcionará». ¡Gracias por deleitarnos con tu historia, Louis! Nos ha encantado leer tu opinión y estamos de acuerdo contigo en que las e-bikes se pueden adaptar a la perfección al estilo de vida de los ciclistas más expertos. ¿Y tú? ¿Cuál es tu historia? ¡Nos encantaría oír sobre ti! En TENWAYS consideramos que lo más importante es crear una buena comunidad y, para hacerlo, ¡compartir historias es fundamental! Si quieres compartir tu experiencia con nosotros para que la publiquemos en el próximo número de Historias de ciclistas, ¡no dudes en ponerte en contacto con nuestro equipo!